1 de agosto
¿A veces sientes como yo que si no le cuentas a nadie lo que hiciste en tu día, es como si no existieras?
Como si nada de lo que sentiste,viste, pensaste existiera sin el otro como testigo.
Creo que de haber visto muchas películas a veces creo que estoy viviendo en una.
Me desdoblo y me veo actuando.
No siempre tengo el rol protagónico.
En esta época más bien me siento como una figurante en mi propia película.
Cuando consumo redes sociales esa sensación se potencia al infinito y siento que no solo vivo en una película más de las muchas que hay, sino en una película de bajo presupuesto.
Todos mis intentos por vivir mi película como protagonista se ven reducidos a esto.
Escribir. Si escribo cualquier cosa por pequeña, estúpida, corta, con mala ortografía y pésima gramática que sea, siento que nítidamente, vuelvo a la vida.
Habito este cuerpo de pronto mientras escribo encorvadísima sentada con los ojos clavados en el celular como una enfermedad.
Oigo música, soy de esas personas que necesitan tener ruido siempre en el cerebro. Intento hacer pausas de silencio. Pero mi vida está repleta de ruidos ajenos propios y autoinducidos. Necesito esa estimulación sonora constante. El miedo a la soledad…
Entro de pasear a la Agnes con audífonos y por un rato largo hasta hacerme a la idea de que estoy en la casa sigo puesta los audífonos. Me sigo comprando audífonos de Bluetooth y todos son un asco. No hay nada como el audífono clásico con un cable largo con el que te puedes ahorcar en la puerta del bus. Ese Bluetooth siempre siempre siempre falla.
Cuando aterrizo, después de volver de nuestras caminata entre los basureros del barrio, voy a quitarme los audífonos rojos y voy a prender la tele con YouTube music. Desde que uso YouTube music mi adicción a estar clavada en los audífonos ha incrementado al 100%. YouTube debe ser la inteligencia artificial más perfecta que se ha desarrollado y creo que obviamente, me conoce de toda la vida.
Casi todos los riesgos musicales que me hace correr son acertados. Volví a oír pop y música que pueda cantar. Me encanta cantar. Cantar con audífonos es lo mejor. No me entero de si estoy cantando de verdad o no. Pero a veces alguien se regresa a ver y entonces sé que sí estoy cantando en voz alta.
La música y el paseo de mi amada perra son los highlights de mi día.
Escribir algo que va a quedar inconcluso porque tengo que levantarme a preparar la merienda ahora mismo.
Escribir sobre cómo vivir mi vida, es como actuar de extra en una película de bajos recursos para los estándares de las redes sociales y de las fotos tomadas con iphone.
¿Yo también opino eso?
¿Será que padezco de FOMO o será que sí me pierdo de algo?
¿Será que esta vida simple en la que el highlight es el paseo con mi perra por los basureros del barrio usando mi ropa de trabajo sucia mientras espero que mis hijos vuelvan del fútbol, tiene algún problema?
Tengo que cocinar ahora antes de que lleguen. Tengo la tele encendida con la Billie llorando sus lágrimas azules, mientras yo canto.
Ya no puedo escribir más, ni tampoco hilar este pensamiento completo.
Otro día será.
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